domingo, 1 de marzo de 2009

El trébol del United


Los penaltis volvieron a sonreír al equipo de Sir Alex Ferguson · Ben Foster, el suplente de Van der Sar, se erigió en el héroe de la final · El Tottenham plantó cara hasta que le duraron las fuerzas y Lennon
El Manchester United conquistó la tercera Carling Cup de su palmarés y su tercer título de la temporada aunque el primero de 2009 -tras la Community Shield y el Mundial de clubes, ambos en 2008- al derrotar en una agónica final al Tottenham Hotspur, anterior campeón. Los londinenses defendieron con orgullo el título y obligaron a los 'red devils' a correr durante más de 120 minutos antes de jugarse la copa en el cara o cruz de los penaltis. Al igual que en la final de la última Champions en Moscú, la suerte volvió a sonreír al equipo de sir Alex Ferguson.
La Carling Cup se convirtió en otro hito en una temporada que puede ser histórica para el Manchester United. Cuatro días después de dejar encauzado su pase a cuartos de final de la Champions ante el Inter y tres antes de jugarse media Premier ante el Newcastle, los 'diablos rojos' le arrebataron el título a un Tottenham que lo defendió con orgullo, hasta el límite de su fútbol y de su salud. Los londinenses, que venían de caer eliminados en UEFA, presentaron un once más ortodoxo que el United, que dejó fuera a Van der Sar, Vidic, Carrick, Berbatov o Ronney, entre otros. Ferguson tiró de fondo de armario y sacó a Foster (a la postre decisivo), Evans, Gibgson y Welbeck, a los que añadió al veterano Scholes, y dejó el peso ofensivo sobre los hombros de Cristiano Ronaldo y Tevez.
El Manchester empezó mandando, con buenos acercamientos de Cristiano, Gibson, Tevez, Nani... Sin embargo, hacia el minuto 15 apareció Aaron Lennon, que fue una pesadilla para Evra hasta que tuvo que dejar el césped lesionado, ya en la prórroga. Lennon se asoció con facilidad y frecuencia con Luka Modric, pero Pavlyuchenko sigue pareciendo demasiado lento para Inglaterra.


Porque el partido se jugó sin freno, lejos del juego de trincheras que tanto gusta a algunos pero que produce bodrios como los que no resulta muy difícil recordar sólo en la última semana. Apenas Scholes trataba de poner algo de orden, pero con el paso de los minutos se sumó a la orgía general y participó con gusto del partido de ida y vuelta (o correcalles, según el gusto). Por cierto, Mr. Foy demostró que en Inglaterra los árbitros también se equivocan: la amarilla que debió mostrar a O'Shea (que hubiera sido la segunda, dejando al United con diez a los 63') la vio CR7 por, presuntamente, tirarse dentro del área rival. Bastante presuntamente.
El Manchester dominó la segunda parte, aunque Foster tuvo que reivindicarse ante Lennon para evitar el 0-1 tras una sublime dejada de Modric. Sin embargo, la Ocasión, con mayúsculas, la tuvo Cristiano, que agarró una pelota a 30 segundos para el final del añadido, se fue como quiso de su par y soltó un zurdazo seco que sacó astillas del palo izquierdo de Gomes.
Los 'Spurs', sin gasolinaEn el tiempo extra ambos pagaron el derroche. Más el Tottenham, porque Redknapp administró los cambios peor que Ferguson, que tiró de los galones de Giggs en la prórroga. Los 'Spurs' perdieron a Lennon, su principal peligro, y Dawson aguantó en pie por vergüenza torera, ya que a su equipo no le quedaban cambios. Volvió a aparecer Foster para sacar una mano providencial ante Bent y Evra mandó a la grada de Wembley la última gran oportunidad del tiempo extra.
Fue el gran momento de Ben Foster, eterno suplente de Edwin Van der Sar, que hace menos de un año debutaba con el United tras superar una grave lesión de rodilla. Tras el gol de Giggs en el primer lanzamiento, hizo un paradón en el penalti de O'Hara y quitó toda la presión a sus compañeros, que no fallaron ninguno de los cuatro lanzamientos que intentaron. Tercer título del United, que enfila el tramo decisivo de un curso que puede entrar en los libros

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